Tras los pasos de Oscar Wilde en Irlanda cuando se cumplen 125 años de la muerte del escritor
Irlanda es tierra de escritores y uno de los más famosos es Oscar Wilde, del que se cumplen ahora, concretamente el próximo 30 de noviembre, 125 años de su muerte. En la capital irlandesa nació y vivió sus primeros años y a ella regresó durante su etapa universitaria. Antes, había estudiado en Irlanda del Norte, concretamente en la localidad de Enniskillen, donde encontró la inspiración para escribir uno de sus cuentos más conocidos: El príncipe feliz.
Fue el 16 de octubre de 1854 cuando llegó al mundo en Dublín Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde, Oscar Wilde. Su padre, William Wilde, fue un importante cirujano oftalmólogo, arqueólogo y escritor de viajes, y su madre era poetisa, traductora y escritora (escribía bajo el seudónimo de Speranza). Durante casi dos décadas Lady Jane Wilde dirigió unas tertulias semanales de gran éxito en las que participaban políticos, músicos, filósofos, poetas... Fue en el número 1 de Merrion Square North, la vivienda a la que se mudó la familia siendo Oscar Wilde un bebé, un lugar que durante todos esos años y dada la buena posición social de los Wilde, se convirtió en un punto de referencia cultural en el Dublín victoriano.

Oscar Wilde House acoge ahora el American College pero está abierta al público durante los fines de semana desde las once de la mañana. La visita es muy recomendable para quien quiera conocer mejor la vida y la obra de este gran escritor irlandés. La casa, de cuatro pisos, fue construida en 1760 y recibe a los visitantes con un documental sobre la historia de la familia Wilde e información en varios idiomas que permite seguir el recorrido de manera autoguiada por las diferentes estancias de la casa.
Oscariana: del 16 al 19 de octubre en la capital irlandesa
Del 16
al 19 de octubre, además, la casa de Oscar Wilde se convertirá en el epicentro
de la tercera edición de Oscariana.
A Wilde Festival, que celebra el nacimiento, la vida y el legado del escritor
con música, lecturas, charlas, exposiciones y actividades para niños, entre
otras actividades. También habrá cine. El
retrato de Dorian Gray (1945) y la versión de 1952 de La importancia de llamarse Ernesto
se proyectarán en sendos cines de la ciudad: The
Light House y The
Art Deco Stella Cinema.
Los días 18 y 19 de octubre también habrá visitas guiadas por la casa de los Wilde. Serán comisariadas por Martin Burns, director artístico de la Oscar Wilde House y director creativo de Oscariana. Él es también el responsable de los freetours A Walk on the Wilde Side. Se trata de unas rutas a pie que recorren los lugares de Dublín más relevantes en la vida de Wilde, como el lugar exacto donde nació (21, Westland Row), que por primera vez se abre al público, la iglesia donde fue bautizado (St. Mark’s Church) o el lugar donde le propuso matrimonio a su mujer (1, Ely Place), entre otros.
Visita a la escultura de Oscar Wilde, en Merrion Square, el
parque que inspiró El gigante egoísta
Desde
una de las ventanas superiores del edificio se puede divisar el lugar en el que
terminan esas rutas: la colorida y famosa estatua de Oscar Wilde en Dublín, que
se encuentra en la esquina del parque Merrion Square y fue inaugurada en 1997
por Merlin Holland, su único nieto (el cambio de apellido se produjo después
del juicio y encarcelamiento del escritor; fue entonces cuando su esposa tomó
la decisión de cambiarlo por Holland).
La escultura es de tamaño natural y muestra al gran Oscar Wilde (medía 1,88 metros) a la edad de 40 años aproximadamente. Está tallado en piedras semipreciosas (la chaqueta de fumar, por ejemplo, es de jade macizo) y se muestra sentado sobre una gran roca de cuarzo de 35 toneladas de las cercanas montañas del condado de Wicklow y mirando medio sonriendo y medio frunciendo el ceño hacia la casa de su infancia. Frente a él, a un lado, su esposa, Constance, y al otro, Dioniso, dios de la juventud, el vino, la poesía y el teatro.
El parque tuvo gran importancia en la vida de Oscar Wilde y también en su obra. En el siglo XIX, en este parque solo se admitían a los residentes adinerados de Merrion Square y sus alrededores, así que el pequeño Oscar pasó muchos días de su infancia jugando allí con sus hermanos. Los tres sabían que los niños de los edificios cercanos de clase trabajadora y barrios marginales no tenían permitido entrar en él y se cree que esto fue lo que inspiró su cuento El Gigante Egoísta, en el que el protagonista, un terrible gigante, no permite la entrada de niños a su jardín y, como consecuencia de eso, el lugar se encuentra en un estado de invierno perpetuo.

Dublín, una ciudad que ama la literatura
Pasear
por Dublín nos permitirá seguir conociendo una ciudad que ama la literatura (es
Ciudad de la Literatura de la UNESCO) y en la que han vivido otros grandes
nombres de las letras universales, como James Joyce y Bram Stoker. Nuestro
itinerario oscariano debería
seguir en el Trinity College de Dublín, la universidad más antigua de Irlanda y
de gran reputación a nivel mundial. Oscar Wilde fue uno de sus alumnos más
célebres. Wilde también visitó con asiduidad la Biblioteca
Marsh, que apenas ha cambiado en 300 años. Entrar en ella es como viajar al
siglo XVIII.
Otro lugar de Dublín que ningún bookslover debería perderse es el Museo de la Literatura de Irlanda (MoLI). Situado junto al parque St Stephen's Green, en el corazón de la ciudad, hasta el 1 de octubre rinde homenaje a Oscar Wilde con la instalación De Profundis, una mezcla de fotografía, cine y sonido que evoca escenas narradas en su famosa epístola del mismo nombre.
De Profundis está considerada una de las mejores cartas de amor jamás escritas y fue la única obra que Oscar Wilde completó durante sus dos años de encarcelamiento (debido a su homosexualidad fue declarado culpable de indecencia grave). Ciento veinticinco años después de su muerte, el MoLI nos redescubre este texto conmovedor que nos muestra al artista serio, al pensador, al esteta sensible que vive en su prosa y su poesía, al mismo tiempo que nos hace conocer también su profundo dolor y sus sentimientos de rabia y traición. La muestra cuenta con las voces de escritores, artistas y activistas LGBTQ+, encargados de presentar los pasajes clave del texto.
Rumbo a Irlanda del Norte para conocer Enniskillen, ‘la perla del Ulster’
Portora Royal School, en Enniskillen, fue el lugar en el que Oscar Wilde estudió desde los 10 hasta los 17 años (1864-1871), antes de regresar a Dublín. Casualidades de la vida, otro grande de la literatura irlandesa y universal, Samuel Beckett, también estudió allí de niño.
Estamos en el condado norirlandés de Fermanagh, tierra de lagos y bonitos paisajes. Enniskillen es la única ciudad insular de Irlanda. Está situada en una isla natural del Lago Erne, así que aquí no faltan los puentes, los embarcaderos, los barcos y las aves acuáticas: cisnes, patos… Tampoco las golondrinas doradas. Desde el año 2021, 150 pequeñas golondrinas de metal adornan tejados y fachadas de la ciudad, en homenaje a El príncipe feliz. Y es que fue aquí donde Oscar Wilde encontró la inspiración para escribir su famosa historia, ésa que protagonizan una pequeña golondrina y la estatua dorada de un príncipe que está en lo alto de una columna desde donde se divisa toda la ciudad.
Se dice que el escritor se inspiró en Cole’s Monument, que alcanzaba a ver desde su dormitorio en Portora Royal School (Enniskillen Royal Gramar School es su nombre actual). Como en su cuento, se trata de una estatua construida sobre una altísima columna. Ciento ocho escalones llevan hasta la base de la estatua, que ofrece increíbles vistas panorámicas de la ciudad. Está abierta al público en los meses de verano.
Enniskillen, conocida como ‘la perla del Ulster’, es también famosa por su castillo, del siglo XV; por Castle Coole, una magnífica mansión del siglo XVIII rodeada de un frondoso parque; y por las Bubble Domes de Finn Lough, un alojamiento de ensueño en el que podremos alojarnos entre bosques de verde irlandés y silencio impenetrable. No se nos ocurre mejor final para este viaje que leer a Oscar Wilde bajo el cielo estrellado y rodeados de la naturaleza de la Isla Esmeralda. Porque, como escribió el propio Oscar Wilde en De Profundis: “Con libertad, libros, flores y la luna, ¿quién no podría ser feliz?”.