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Gastronomía29 abril, 2025

Cuatro lugares de ensueño en Irlanda para pasear entre flores y naturaleza y disfrutar de la filosofía del huerto a la mesa

Martes, 29 de abril de 2025.- Los castillos y las grandes mansiones forman parte del paisaje y el patrimonio de Irlanda. Son verdaderos tesoros. Y no hablamos sólo de tesoros arquitectónicos o históricos. También los hay naturales… y gastronómicos. Es el caso de Ballymaloe House, en Cork; Ballynahinch Castle, en el condado de Galway; la mansión Killruddery, en Wicklow; y Killeavy Castle Hotel, en Irlanda del Norte. Cuatro lugares muy especiales en los que la sostenibilidad y la filosofía del huerto (o la granja) a la mesa (from farm to fork en inglés) marcan sus líneas de actuación.

 

Ballymaloe House: epicentro irlandés de la filosofía de la huerta a la mesa 

Comenzamos esta ruta gastrosostenible en Cork, considerada la capital gastronómica de Irlanda. Allí se alza Ballymaloe House, construida sobre la base de los principios de la alimentación sostenible mucho antes de que la filosofía del huerto (o la granja) a la mesa, así como los alimentos de kilómetro cero se pusiesen de moda. Y muchos años después, ésa sigue siendo su mayor seña de identidad. Mezcla de encanto histórico, experiencia de lujo y prácticas sostenibles, Ballymaloe House es un hotel de propiedad familiar y un destino gastronómico de renombre.

Su historia la protagonizan Myrtle & Ivan Allen, quienes compraron esta gran granja en 1948. La idea era criar en ella a sus hijos y, al mismo tiempo, producir sus propios alimentos: huevos, leche, carne, verduras... En 1964 decidieron abrir un restaurante y seguir esa máxima: de la granja a la mesa. Su fama y la del posterior hotel no dejó de crecer y hoy está considerado el epicentro irlandés de dicha filosofía. Con el tiempo, Myrtle Allen también se convirtió en una de las chefs y escritoras de cocina más influyentes de la historia culinaria irlandesa.

En Ballymaloe House encontraremos una cocina sencilla y saludable basada en una combinación de productos de temporada cultivados en sus tierras, criados en la granja y procedentes de productores y proveedores locales. Menús sostenibles y de temporada en un gran entorno natural, con ingredientes frescos y de gran calidad.

Más de 120 hectáreas de finca rodean este lugar. Los huéspedes del hotel tienen entrada gratuita a los jardines: solo tienen que recoger su entrada en la recepción. De allí proceden también todas las flores utilizadas en las habitaciones y todos los espacios públicos del hotel. En la recepción también les recomendarán visitar dos lugares muy interesantes de Cork, especialmente para aquellos viajeros más gastronómicos: el Museo de la Mantequilla y el English Market.

Un plus (o más bien dos): el primero es que del 16 al 18 de mayo se va a celebrar allí Ballymaloe Festival of Food. Chefs de talla mundial se reunirán para compartir su experiencia y recetas, y los pases ya están disponibles. El segundo es que a cuatro kilómetros de allí está Ballymaloe Cookery School, una escuela de cocina de renombre internacional. En ella también se enseña a los alumnos a vivir, cocinar y comer de forma sostenible y se trabajan temas como la salud del suelo, los polinizadores, el compostaje, la conservación de semillas, la elaboración de quesos, y, por supuesto, la producción de alimentos de la granja a la mesa.

 

Ballynahinch Castle: “un sueño para cualquier chef” y uno de los hoteles más lujosos de Irlanda

Dejamos el sur para irnos al oeste, al condado de Galway, y descubrir en Connemara Ballynahinch Castle Hotel, uno de los hoteles más lujosos de Irlanda y con mucha historia: nada menos que la reina pirata Grace O’Malley vivió aquí en el siglo XV. Hace una década, sus propietarios se propusieron renovar el jardín amurallado original, que está ubicado en el centro de 280 hectáreas de bosques, jardines y un lago. Tras décadas de declive apenas quedaban cuatro muros, así que hizo falta un gran trabajo para devolver al lugar todo su esplendor.

Haciendo hincapié en la sostenibilidad, los muros fueron restaurados utilizando la piedra original y el jardín fue replantado en 2018. También se añadió al proyecto una gran pradera de flores silvestres para animar a los polinizadores y convertir ese espacio en un refugio para abejas, pájaros y otros pequeños animales. Hoy en día, este jardín se ha convertido en un espacio muy popular para relajarse con un libro, disfrutar de un pícnic o, simplemente, sentarse en plena naturaleza y admirar los productos recién recolectados en su trayecto hacia las cocinas del hotel.

Y es que, siguiendo la filosofía del huerto a la mesa, el jardín amurallado vuelve a proporcionar frutas, verduras y hierbas de temporada al castillo. Bajo la supervisión de la chef Danni Barry, que asegura que trabajar así “es un sueño para cualquier chef”, en el elegante Owenmore Restaurant se sirven platos como trucha con remolacha y hierbas aromáticas de cosecha propia y en el acogedor Fisherman’s Pub se degustan las mazorcas de maíz más dulces de Connemara. Ballynahinch Castle Hotel también se ha convertido en miembro del Programa Green Hospitality, siguiendo las mejores prácticas de gestión ambiental.

Un plus: el hotel ofrece a sus huéspedes experiencias memorables relacionadas con la naturaleza, como paseos guiados por la finca; rutas de senderismo; saunas junto al lago, con chapuzón opcional incluido; y actividades de pesca, ya que allí se producen migraciones de salmón salvaje. El río Ballynahinch, con derechos de pesca propiedad exclusiva de la propiedad, serpentea por debajo del castillo durante tres kilómetros hasta llegar al Océano Atlántico. La temporada de pesca comienza a finales de febrero y termina a finales de septiembre, siendo la producción principal de salmón desde finales de mayo.

Killruddery: comprar, comer y celebrar las bondades de la naturaleza a un paso de Dublín 

¿Siguiente parada? El condado de Wicklow, conocido como el jardín de Irlanda. Allí, la mansión Killruddery y sus magníficos jardines exhiben una gran biodiversidad que se gestiona de manera sostenible. En Killruddery no tendremos la opción de alojarnos, pero sí podremos comprar, comer y celebrar las bondades de la naturaleza. ¡Y estaremos a un paso de Dublín, a sólo media hora en coche!

La finca, de más de 320 hectáreas, incluye extensos bosques, una granja con gallinas, cerdos y corderos, así como un gran jardín amurallado con flores de todo tipo, setos, árboles frutales y un extenso huerto en el que, por supuesto, no se utilizan productos químicos. Los alimentos propios son los protagonistas de los menús de temporada del chef jefe Niall O’Sullivan en The Grain Store. “Los productos disponibles dictan los menús”, afirma. Filosofía del huerto a la mesa en estado puro.

Los sábados por la mañana Killruddery celebra también su Farm Market, en el que se venden tanto productos propios como de otros productores. En él se pueden encontrar quesos, alimentos elaborados a base de algas y hasta productos con sello español, como jamón, aceite de oliva e ingredientes para cocinar una paella. Killruddery es también miembro de la asociación Historic Houses of Ireland y ofrece entrada al jardín y visitas guiadas a la casa. En ella viven tres generaciones de la misma familia, antepasados directos de los primeros Brabazons que llegaron a Killruddery en 1618. La entrada a los jardines, abiertos desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre, incluye el acceso al salón de té.

Un plus (o una curiosidad): Killruddery ha sido escenario de numerosos rodajes a lo largo del tiempo. Aquí se rodaron películas tan conocidas como Las cenizas de Ángela, La joven Jane Austen o Un horizonte muy lejano.

 

Killeavy Castle Hotel: cuando la sostenibilidad está en el centro de todo 

Situado en el condado de Armagh, en Irlanda del Norte, una zona principalmente agrícola, Killeavy Castel Hotel está considerado uno de los hoteles de la Isla Esmeralda más respetuosos con el medio ambiente. El castillo de Killeavy se construyó en el siglo XIX y desde siempre la granja de la finca proporcionó el sustento a sus residentes. Convertido en hotel en 2019, después de un gran trabajo de recuperación, la agricultura sostenible es la responsable de ofrecer a sus huéspedes los productos de temporada más frescos, así como garantizar la protección del medio ambiente para las generaciones futuras.

En el centro de todo lo que hacen está la sostenibilidad y la filosofía del huerto a la mesa. Ésta es su gran pasión y a través de la comida miman y cuidan a sus huéspedes, ofreciéndoles una gran experiencia culinaria, con productos frescos de su jardín amurallado, su propio ganado vacuno Longhorn y ovejas Cheviot. Y para complementar su oferta, sólo se utilizan los mejores ingredientes locales, que se manipulan y preparan con esmero, como el queso de cabra del vecino condado de Tyrone. Al frente de los fogones del hotel está el chef ejecutivo Darragh Dooley, gran defensor de la cocina de kilómetro cero y cuyo padre era gran amante de la jardinería.

Un plus: el hotel cuenta con spa, en el que se ofrecen todo tipo de tratamientos y masajes, así como clases wellness, por ejemplo, yoga en el jardín.


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